Biografía del proto-barista
Una Bio
- Poco seria por miedo a parecer reseña aburrida de músico que sale en programa de mano de concierto de la Orquesta Sinfónica.
- Adaptada y enfocada más en la labor con Infibeat
Daniel Solano Ulate. San José, 28 de agosto de 1983.
De poder constatarse, en otra vida fue cubano y en otra brasileño, pero en ambas encarnaciones Daniel cree que por lo menos una pierna era negra. De no haber iniciado sus estudios en Arquitectura en el año 2001, sería un jugador “profesional” de fútbol a punto del retiro y con un léxico un tanto menor al que logró obtener hasta el día de hoy. Sin embargo, de no desistir de la carrera de diseño espacial, no hubiera llegado a fundar Infibeat 7 años más tarde, justo antes de terminar sus estudios en guitarra clásica con el cubano-costarricense Jorge Luis Zamora y el costarricense Pablo Ortiz en la Universidad Nacional. Lo de la guitarra lo empezó por obligación en el Conservatorio Castella. Le terminó gustando.
Su licenciatura en papel dice muy poco de cómo se dedica a mucho y no se especializa bien en nada. De día, trabaja como productor musical e investigador del Programa de Identidad Cultural Arte y Tecnología de la Universidad Nacional. Por alrededor de 6 años, Daniel ha intentado investigar, entre ‘mochileo’ y giras con viáticos, el tema del cancionismo y los cantautores a nivel nacional. Cuando así lo requiere la Escuela de Danza de esa universidad, es nombrado profesor de Diseño Sonoro para la Escena, materia en la cuál ha ensayado un par de composiciones para Cine, Teatro, Performance, Instalación y Danza. Esporádicamente recibe una llamada de Andrés Cervilla vía teléfono de Peeh-Pah para romperse la cabeza conceptualizando y produciendo e interpretando bandas de sonido para audiovisuales. De noche intenta llegar puntual a los ensayos, conciertos y reuniones.
Como guitarrista siempre tuvo claro que hacer todos los ejercicios para tocar notas muy rápido no era lo suyo. Que la guitarra eléctrica nunca la podría arreglar él, pero que el arreglo musical sí lo disfruta plenamente y con testarudez lo impone a sus colegas de Infibeat. Que poco a poco parece entender el groove del funk, el reggae, el calypso, el tambito, el landó y el changüí. Que la música brasileña siempre le será una fuente inagotable de superación y de coordinación con los vestigios de portugués aprendido. Que la espalda debe cuidarse cuando se incorporan ampli y pedales al equipaje. Que de repente está disponible para sesionar guitarras y hacer arreglos para otros artistas. Que la música se divide en dos géneros: la buena y la mala. Que le gustan los juegos de palabras al punto de llevarlo a acuñar conceptos como ‘afrocanabipitagoricósmico latinoamericano’ y similares, aunque no tenga nada que ver con esta lista.
Aunque ha sido miembro de otras bandas y ha compartido escenario con algunas otras, Daniel prefiere afirmar que solo toca en Infibeat, también por miedo a ser comparado el suyo con el currículum del resto en la banda. Sin embargo, a veces se le escucha decir que es el guitarrista eléctrico ficticio de Cantoamérica. Se ganó un premio ACAM pero no pudo ir a recogerlo.
Cuando recuerda cómo escribir, Daniel publica en este su blog secreto y primordialmente en años impares.
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