Café de las 3

La serie alemana Dark contiene en su relato una referencialidad enorme. Entre más se identifique sus intertextos, más se disfruta. Esto implica también estar con los ojos -y los oídos- bien abiertos y darse tiempo para procesar información y buscar otra. Tenía pendiente elaborar estas ideas, antes del Apocalipsis del 27 de junio de 2020, o sea antes de comenzar a ver la tercera temporada. Tal y como debía suceder, n o me dio tiempo, pero acá van estas líneas sobre apenas un aspecto de su música original y su integración con la narrativa general de la serie. Aviso de SPOILERS de temporadas 1 y 2. En Dark hay dos tipos de intervenciones musicales sonoras: la de la composición original y la música preexistente. De esta última hay una cuidadosa selección de canciones indie de los 80 y también más contemporáneas, incluida la icónica Goodbye del alemán Apparat, como tema de introducción. Estas piezas suelen musicalizar secuencias de montage , recurso clásico para condensar el desarrollo de...

'Palabra dicha / Palabra de papel / Canción’ me daba como pistas Leandro Maia cuando conocí su ‘Palavreio’, 'disco de almohada' o 'CD de estante’ como le gusta llamarlo. Y es que a raíz de la noticia de la entrega del Nobel de literatura a Bob Dylan se abre un buen debate sobre si es correcto o no esta asignación de un cantautor en la categoría de literatura, normalmente entendida como ‘lo escrito’ y sus géneros respectivos. Percibo posiciones detractoras que expresan su malestar con ‘un premio de literatura entregado a un músico’ o congraciadas que defienden 'la calidad poética de las letras de Bob Dylan'. Más allá de la entrega de un premio equis, el tema del momento me atrae para darle cabeza aún más al tema que pienso desarrollar en maestría: Canción, ‘cancionismo’ (e identidad). Y es que ¿Es la canción música?, ¿es la canción poesía?, ¿ni una ni la otra?, ¿ambas?, ¿qué es la canción?. Entre la disputa con extremos literatura-música queda difusa la iden...

24 de marzo de 2016. Hace 4 años escuchaba a  Pedro Aznar  a tan solo unos metros de distancia en La Sabana. Irónicamente, mi novia en aquellos días, que adoraba a Pedro, se encontraba de vuelta en Buenos Aires. Ella a veces se comunicaba conmigo enviándome mensajes a través de  navegalo.com , web que bajo algún audaz algoritmo de programación del momento, los transformaba en SMS para que yo los recibiera en Costa Rica en mi Nokia 1202. Uno de aquellos me avisaba que ella estaba viendo el concierto vía un milagroso, rústico e inesperado streaming que estaba realizando el SINART, también irónicamente. Con total asombro y emoción, yo leía en otro mensaje que me divisaba entre las tomas al público. Luego yo, mediante otro procedimiento no menos simpático, con un pulgar virtuoso e independizado de los ojos, contestaba esos SMS introduciendo un código y el mensaje a un teléfono que  navegalo.com  proveía para luego ser retranscrito para la web en la computadora...

Hoy, después de mucho, mucho tiempo, soñó con ella antes de despertar por la mañana. La vio llegar entre varia gente y una vez que estuvo cerca, perdió a propósito el contacto visual con su rostro. Calculó evitarla y fue peor: como en cámara lenta ella le extendió su mano y él le correspondió con la suya. Y todo lo que tenía de sueño se volvió táctil; t odo se activó por un momento con sensación de eterno. Ignorar voluntariamente el rostro de ella fue el autoengaño con que la piel dirigió el cerebro.   Las manos entrelazadas contenían todos los códigos que les unían, todo el calor que compartieron, toda la risa de su complicidad, toda el agua calma de cuando fueron paz. Los dos, cada vez más lejos del evento que los sincronizó. Ella, recordada. Vivida. Se despertó con un hueco vuelto a hacer. Con el desayuno, el mundo real retomó el control hasta ser consciente de que el café había acabado.

Una Bio - Poco seria por miedo a parecer reseña aburrida de músico que sale en programa de mano de concierto de la Orquesta Sinfónica. - Adaptada y enfocada más en la labor con Infibeat Daniel Solano Ulate. San José, 28 de agosto de 1983. De poder constatarse, en otra vida fue cubano y en otra brasileño, pero en ambas encarnaciones Daniel cree que por lo menos una pierna era negra. De no haber iniciado sus estudios en Arquitectura en el año 2001, sería un jugador “profesional” de fútbol a punto del retiro y con un léxico un tanto menor al que logró obtener hasta el día de hoy. Sin embargo, de no desistir de la carrera de diseño espacial, no hubiera llegado a fundar Infibeat 7 años más tarde, justo antes de terminar sus estudios en guitarra clásica con el cubano-costarricense Jorge Luis Zamora y el costarricense Pablo Ortiz en la Universidad Nacional. Lo de la guitarra lo empezó por obligación en el Conservatorio Castella. Le terminó gustando. Su licenciatura en papel ...

Amigo viento Sopla en este lugar... Llévate los aromas donde mi amor está... Max Góldenberg Llévate del aire el perfume de tu pelo ¿No ves que yo no sé que hacer con mis dos universos paralelos? Jorge Drexler Ojalá que el deseo se vaya atrás de ti a tu gobierno de difuntos y flores Silvio Rodríguez